La
leyenda de la pistola que cambió la música
En septiembre de 1942,
Frank Sinatra se separaba de la Tommy Dorsey Orchestra iniciando su camino al
estrellato
Los años cuarenta fueron los años de las orquestas, la
época en la que los cantantes eran meras piezas de un conjunto
controlado por los directores estrella. En aquella época todo músico soñaba con
formar parte de alguna de esas big bands que llenaban los teatros y las
salas de música. El joven Sinatra era uno de ellos, un adolescente con sueños
de grandeza que entró a formar parte de la Tommy Dorsey Orchestra firmando
todo papel que le pusieron por delante. Sinatra solamente quería cantar,
tampoco esperaba por entonces que en apenas unos años se convertiría en la gran
atracción de los Estados Unidos.
La vida de Frank Sinatra está repleta de leyendas, de
historias oscuras que han circulado durante décadas de boca a boca aumentando
el morbo. Muchas son ciertas, que podía hacer el bueno de Sinatra si sus
amigos de la infancia habían hecho carrera en el hampa. Frank no les dio la
espalda y en muchos casos se favoreció de ello a la hora de conseguir algunos
de los mejores contratos jamás firmados por un artista. Pero la historia de
Sinatra tuvo un punto de inflexión en septiembre de 1942. El carisma y la voz
de aquel chico delgado de 27 años habían crecido tanto que Frank sintió la
necesidad de empezar una carrera como solista. Para ello debía abandonar a
Tommy Dorsey, el director de la orquesta que le había contratado unos años
antes. En 1941 Sinatra le comunicó al director su intención de dejar la
orquesta. Dorsey se lo toma mal y señaló al cantante la clausula de su contrato
por la que Sinatra debería pagar a Dorsey un tercio de sus futuras ganancias.
Fue un año duro para Sinatra hasta que en septiembre de 1942 Dorsey firmó la libertad del cantante por un simbólico dólar. Durante años circuló el rumor de que el director firmó el contrato con el cañón de un revolver en la boca. Puede que fuese mentira, tal vez una exageración. Aquel sería el primer pulso de Sinatra a la industria, pero no el último. Aquella sería la primera batalla en su camino al estrellato.
Fue un año duro para Sinatra hasta que en septiembre de 1942 Dorsey firmó la libertad del cantante por un simbólico dólar. Durante años circuló el rumor de que el director firmó el contrato con el cañón de un revolver en la boca. Puede que fuese mentira, tal vez una exageración. Aquel sería el primer pulso de Sinatra a la industria, pero no el último. Aquella sería la primera batalla en su camino al estrellato.
Unos meses después de aquel capítulo, Frank Sinatra
debutaba en solitario en el Paramount Theater de Nueva York con una legendaria
actuación que catapultó su fama hasta niveles nunca vistos entonces. Había
nacido la primera gran estrella de la música moderna. La grandeza de Sinatra
como artista es incuestionable, su forma de conseguir la gloria, sin embargo,
está llena de historias sombrías, de sospechas, de rumores de delitos. Aunque
nada hubiese sido posible si aquella tarde de septiembre Tommy Dorsey, con
pistola en la boca o sin ella, no hubiese firmado la libertad de Frank Sinatra.
Fuente: Cadena Ser
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